Por Gabriel Bellos - Psicólogo
Los nacimientos y las muertes en una familia tienen un fenómeno de sincronía muy común. Suele suceder que después de una muerte llegue un bebé, o al revés. De todas maneras, Cristina Fernández va a dejar de ser una mujer madura viuda para ser todo eso pero con nietos; esta es la norma en nuestra sociedad, ya que las mujeres viven más que los hombres. Convertirse en abuela tiene un efecto general y positivo en el estado de ánimo de las mujeres; impacta favorablemente en su salud. Este bebé trae alegría y ninguna preocupación, ya que nace con el futuro resuelto. Ser abuela no produce un impacto profundo en la personalidad de las mujeres; pero es más fuerte cuando una hija está embarazada que cuando ese bebé viene del lado del hijo varón. Difícilmente la imagen social de Cristina abuela no sea capitalizable políticamente. La Presidenta no proyecta una imagen tierna y la gente la reconoce por ser aguerrida, batalladora, fuerte. Es un fenómeno común en las mujeres con mucho poder político. Ninguna nunca se ha mostrado como abuela, prefieren mantener la imagen familiar y doméstica en privado, y sólo hacen referencias verbales desde su condición de mujeres. Además, la continuidad en la imagen de Cristina es importante, por lo que probablemente sus asesores traten de que no cambie demasiado, quizá sólo una pincelada. La Presidenta no hizo referencias a su viudez en mayor proporción que ninguna viuda que conozca. Como abuela, quizá sea menor.